Vacaciones: Un paréntesis para mejorar nuestras relaciones de pareja
Publicado el miércoles, 30 de julio de 2014, por Sije
Las vacaciones de verano son sin duda una de las fechas más esperadas del año. Tanto que cuando terminan empezamos ya a planificar las del año siguiente. Nuestras expectativas acerca de esos días son en casi todos los casos muy similares: desconectar del trabajo, reunirse con amigos y familiares, dejar atrás las rutinas domésticas, guardar el reloj en el cajón de la mesilla……..
Sin embargo, a pesar de nuestros buenos propósitos y elevadas expectativas no siempre salen bien. Numerosos estudios y muchas consultas de psicología pueden avalar la afirmación de que: “En vacaciones aumentan los conflictos en las relaciones padres-hijos, y sobre todo en las relaciones de pareja, hasta el punto de que es la época de la año en la que se producen un mayor número de separaciones”.
¿Qué pasa en vacaciones? ¿Por qué esos días que asociamos con paz y tranquilidad se pueden convertir en un auténtico campo de batalla? La respuesta parece bastante clara para los especialistas: Las vacaciones son un periodo de tiempo en el que aumenta considerablemente el número de horas que pasamos junto a nuestra familia, es decir, convivimos más y por lo tanto aumenta la posibilidad de que aparezcan las discusiones, diferencias y desencuentros.
Mientras que en el resto del año los roles están claramente establecidos, las rutinas plenamente integradas y el día a día condicionado por la jornada laboral y escolar, durante las vacaciones todo cambia. Hay que implementar nuevas normas de convivencia, nuevos horarios, nuevas rutinas y sobre todo hay que administrar el tiempo libre – que es mucho- de forma que todos se sientan satisfechos.
¡Demasiadas novedades para tan corto espacio de tiempo !
La relación de pareja no es inmune a tantos cambios. Al contrario, si no hay una buena base, si no hay un buen conocimiento del otro, si no hay una comunicación fluida y regular, puede verse afectada de tal manera que la convivencia se convierta en un auténtico infierno y la pareja salte por los aires.
A continuación vamos a enumerar algunas sugerencias que os pueden ayudar a salvar vuestra relación de pareja y por lo tanto vuestras vacaciones de un naufragio seguro:
◊ Elige el destino vacacional de forma consensuada sin imponer tus gustos o apetencias ni delegarlos en el otro. Decidir lo que queremos hacer con nuestras vacaciones no es algo trivial. Por eso es importante que participemos de una forma activa, junto con nuestra pareja, en todo el proceso. Si no lo hacemos o imponemos al otro nuestros gustos, es muy probable que a la larga, es decir, cuando ya no haya solución, aparezcan los reproches y las discusiones del tipo: “Yo no quería venir a este hotel “, “¡Me dijiste que íbamos a un pueblo pequeño y esto parece Nueva York ! “, etc.
◊ Busca tiempo para aficiones comunes pero también para otras que no incluyan necesariamente a la pareja y que podamos llevar a cabo en solitario .Compartir aficiones con nuestra pareja nos acerca a ella desde un plano emocional y afectivo. Hacer lo que nos gusta en compañía supone una inyección de vitaminas psicológicas muy importante para nosotros mismos – si lo hacemos en solitario – y para la pareja si lo compartimos.
◊ Hablar por hablar: Mantener conversaciones con nuestra pareja sin el objetivo apremiante de tener que tomar una decisión o resolver un problema aumenta el acercamiento con el otro y nos permite conocerle mucho mejor .Aprovecha las vacaciones para hablar de temas que te interesen y que no tengan que ver con el trabajo ni los problemas cotidianos y escucha las opiniones de tu pareja. ¡Seguro que descubres cosas nuevas acerca del otro ¡.
◊ Dedícale más tiempo a tu pareja: Por ejemplo haciendo cosas que sabemos que le agradan y que hemos descuidado el resto del año: invitarle a cenar, llevarle el desayuno a la cama, proponerle una escapada romántica……Por supuesto, también puedes sugerirle amablemente que haga lo mismo contigo.
◊ Dedícate más tiempo a ti mismo: Aunque esta sugerencia puede sonar un tanto egoísta y contradictoria, en realidad no lo es. Si te dedicas tiempo a ti mismo te sentirás más feliz y eso contribuirá a que tu relación de pareja sea estable y equilibrada.
◊ Escucha a tu cuerpo: Durante las vacaciones nuestro cuerpo nos pide que cambiemos imperiosamente algunos de los hábitos a los que le sometemos durante el resto del año: levantarse más tarde, dormir la siesta, descuidar algunas rutinas domésticas, nos ayuda a desconectar y a sentirnos realmente de vacaciones.¡ Da rienda suelta a tus apetencias y deja que tu pareja también lo haga !
◊ Aumenta la afectividad y el sexo. Ahora tienes tiempo. El estrés, las obligaciones, la vida cotidiana en definitiva, nos impiden muchas veces expresar y demostrar sentimientos positivos hacia el otro aunque los tengamos. Pensamos que no es importante o urgente y lo situamos al final de la lista.¡ Aprovecha las vacaciones para ponerlos en primer lugar!.
◊ No intentéis arreglar problemas que arrastráis desde hace tiempo durante las vacaciones. Salvo que tengáis como pareja problemas realmente urgentes – en cuyo caso quizás no debáis compartir las vacaciones-, es mejor que aparquéis durante un tiempo vuestras diferencias y os centréis en encontrar lo que os une, lo que os gusta y lo que contribuya a estrechar lazos emocionales y afectivos. Casi todo puede esperar y la mayoría de los problemas también.
¡SED FELICES DURANTE LAS VACACIONES Y DESPUÉS …SEGUID INTENTÁNDOLO !
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